sábado, 2 de junio de 2018

Los Equidistantes del sábado 2 de junio de 2018

Antonio Plaza Llamas
(Apaseo, Guanajuato, 2 de junio de 1833 - Ciudad de México, 26 de agosto de 1882)
Militar, poeta y periodista. Foto: Riva Palacio, Vicente (coord.), El Parnaso Mexicano.


Sirvió al Imperio

Soneto


Viejo y panzón, más cojo que Vulcano,
probó el pan del apóstol Iscariote,
y hoy que el hambre le seca hasta el cogole,
le excluyen del festín republicano.

Pobre exsoldado, exhombre, exmejicano
va para muerto caminando al trote;
de su cuerpo gastado perdió un lote,
y el resto morirá, si falta grano.

En su abdomen ingente hay un vacío,
que torna cada tripa en catacumba:
una gula rabiosa le da brío;

pero al sentir que el hambre lo derrumba,
anhela hundirse en el sepulcro frío,
por comerse las tablas de su tumba.

En esta edición:

Poesía

Los eunucos enterradores

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México


Fiesta

Por Blanca Estela ROTH
Ciudad de México



Poetuits

Resguardo

Por César RAMOS
Ciudad de México

           

Micro ceuento

La mona©

Por Román LOGLEZ
Palenque, Chiapas, México


Aroma y ángeles

Por Vilma Edith Pérez Cervantes.
Matamoros, Tamaulipas, México


Morral

Por Raúl DE THESY Y RR
Palenque, Chiapas, México




Poesía
Los eunucos enterradores
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México


Poesía
Fiesta
Por Blanca Estela ROTH
Ciudad de México

Marchan gozosos, entre gritos
Los gesticuladores y sus eunucos
Sin orden y en completa anarquía
Que responden a la voz de mando
Autoritaria de agentes espías extranjeros
De secuestradores y narcotraficantes
Caciques sindicales y vividores
Redimidos al ingresar al bando
De los eunucos, efebos y gesticuladores
Atentos, muy atentos a los signos
Ominosos de su teocrático mesías
El portador del sello de la Bestia
Cabeza de los gozosos marchadores
Sordos y enceguecidos
Por la Cultura del Menor Esfuerzo
¡Tan frustrante! ¡Tan limitativa!
Que le amarga, la vida tan amargada
Siendo estos eunucos, los rencorosos
Potenciales sicarios de las
Criminales brigadas urbanas
Sangrientos censores de los Libres
Con voz propia en el sendero del presente
¡Gritadores místicos de la Eternidad!
Luminosa, que amedrenta a los eunucos
Disfrazados del Hijo del Hombre
Y marchan gozosos, en las exequias
De ese cadáver de lo que en vida se llamó
¡México!
Deglutido por el imperio hambriento
Mofador del postrado al extranjero
Hace más de 500 años, La Malinche
Y en el Tercer Milenio
El Teocrático Mesías
Con sus huestes asesinas
De una Patria, cuyo único pecado
Fue haber creído en el falso redimido
Que se mostró como el mejor de sus hijos
Que encabeza a los gozosos,
En el sepelio de un país que se quedó
Simplemente se quedó, sin habla

Tuxtla Gutiérrez, 2 de junio de 2018


Lloviznan colores los ojos del día
danza el sol tras los templos
atavío naranja de nubes obispo.
Lo despide el alba al atardecer.
Cuánto arrullo cantan
las flores al cerrarse
adagios,  el continuo paso de las hormigas
nocturnos al enfriarse las hojas.
El hombre, arcoíris  de piedras y plumas
recibe la noche.
Chirimías, caracoles, atabales
huéhuetl, palos de lluvia
el tambor gigante
corazón de la tierra donde quedo,
danzan en su boca y vuelan por su mano.
Oculta la frente antifaz ceñido,
calavera de un caballo sin quijada,
meto la mano en el disfraz del río
del belfo sale la iguana,
armadillo,  jaguar
el élitro del grillo, pájaros.
Zeus vibra ahí.

Arrellenadas en sí, estrellas.
Fugaces, los reflejos persisten
como si se supieran contempladas,
Orión, germina y germina el firmamento.
Saturno, plateado Charro, floreando el lazo
arrebata  las palabras,
En la fiesta con  la Luna sonrisa.

Con todo eso que vi
mis ojos embrujan
las hadas y faunos de la noche.
Si el mismo Dios me hubiese visto
a los ojos
quedaría  encantado,
no embrujado, sino encantado
no es lo mismo, sin embargo…
Das y formas la vida.
Hiciste esta fiesta.


Poetuits
Resguardo
Por César RAMOS
Ciudad de México


Micro ceuento
La mona©
Por Román LOGLEZ
Palenque, Chiapas, México




Micro cuento
Aroma y ángeles
Por Vilma Edith Pérez Cervantes.
Matamoros, Tamaulipas, México


En casa, podía oler el aroma de mis ángeles, a nadie se lo decía.  So pena de una loca reprimenda.
Acompañada del aroma a flores desconocidas, llegue a mi ceremonia de graduación, entonces le pregunte a la persona sentada a mi lado si le daba el aroma a flores.
Eres tú la que hueles así, me respondió.
Me sorprendí, mire a las personas sentadas a mi alrededor, con extrañeza vi al maestro de ceremonias, era un sacerdote, frente a él se hallaba un ataúd, conmigo adentro.


Micro cuento
Morral
Por Raúl DE THESY Y RR
Palenque, Chiapas, México


El colgante objeto que parece ser el lóbulo en su prolongación. También sabe subir del enmezclillado bolsillo;  Prenda definitiva e infalible irremediablemente ávida. Se extiende más allá de los flecos y hebillas.
En tempranas subastas inicialmente enamora;  el lujurioso afán de su presunción aquí donde la calle percibe y califica sus andares como inefable signo de status social.  Este arcaico Morral hoy de moda, no parece de ilustre genealogía; Pues ya en los antiguos hombros pendía con la mayistica designación de “Sabukán”.

Mayo de 2018.


Mañana   fría;   neblinas y rocíos sobre las hojas de los arboles, siempre tupido, llenos de aves y animalillos silvestres. Caminos de lodos; pedregosos, troncos, trozas enormes que tenían que rodear, abriéndose paso con el machete en  mano. Cruzar ríos y arroyuelos era el andar del arriero.  Una mañana idéntica a  la anterior, la  familia López González bajo al pueblo,  de la colonia  Ashupa, donde tenían sus hogares: tíos y abuelos.  Cuando salían,  todos cargaban  el maíz, el frijol, la calabaza, plátano,  para mercarla o entregársela a don Nabor, a los Narváez, Casanova, José de la luz, que siempre estaban en  espera de esos productos orgánicos. Como todos los buenos arrieros, el guía iba a delante y otros atrás, dejando a mujeres, niños y ancianos en medio del grupo.  Doña Candita (a como todos le decían), llevaba en brazo a su pequeña hija de algunos meses;  que cuando empezaba a llorar, le daba de mamar. Esa mañana, venia llorando no por dolor, si no porque su madre  sorteaba los obstáculos del camino y para no caer, evitaba amamantar a su hija hasta que salieran a algún claro de la selva. La llevaba sobre sus hombros en el lado izquierdo mientras que la derecha sostenía un bastón para no caer. Iban muy atentos;  cuando de repente de entre los arboles salió una enorme mona que agarro a la niña por un brazo y la jalo  hacia arriba con fuerza, pero Doña Candita, con gran instinto y  desesperación, apretaba sus piernitas contra su pecho para no soltarla y gritó  con  fuerzas que la ayudaran;  el guardia que iba atrás se aventó sobre ella para apoyarla y a punto de soltar a la bebe,  Don Chono le secundo y con garrote en mano le dio  a la mona sin lastimar a la niña; ésta   al verse a amenazada, tuvo que soltarla.   Los demás y el padre de ella, que iba un poco alejado reaccionaron  de inmediato. Don Antonio   disparo varias veces  al aire, para espantar a la mona que   huyo perdiéndose entre la selva junto a parvadas de guacamayas y tucanes.  Todos rodearon a  Doña Candita, que asustada narraba lo sucedido y los que venían a su lado también versaron sus comentarios. Así fue como esta buena madre salvo a  su hija, de las garras de una saraguata en  aquella añorada selva y de sus habitantes que nos brindan sus más hermosos conciertos.

Agosto 16 de 2016. (En memoria de Doña Candelaria González García), mi madre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Inversamente proporcional la enanés mental de AMLO a su perversidad: Alux K'aas

De la Mesa de Redacción De Arcano Político “Es su enanés mental y moral, inversamente proporcional a su gran perversidad saqueadora y as...