Depuración

Cuento

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ

-…con unas buenas  cabezas de ajos en puertas y ventanas, te proteges de los malos espíritus e incluso ¡de los muertos vivientes! Y si deseas reforzarlo, haz sonar una campana dorada por toda la casa para ahuyentar las energías negativas ¡qué se queden fuera como una hoja seca! Claro qué… de las bombas, pues, será difícil, son lanzadas indiscriminadamente por el predador del hombre que, sistemática y metódicamente disminuye la población mundial en la forma que narra el historiador británico Jeremy Black en su libro Las setenta grandes batallas de todos los tiempos en que destaca el encontronazo de dos mundo al caer el Imperio Meshica en 1521. ¡Es cómo si las conflagraciones se ajustarán a una agenda misteriosa y secreta, ejecutada por manos invisibles o un gobierno oculto! Lo visible son los barones de la muerte y su tintinear de monedas en sus cajas registradoras al contabilizar esa minoría sus ganancias mientras distribuyen democráticamente las lágrimas y rezos en la mayoría que cuenta a sus muertos.

Le escucho sin poder verle. Busco el origen de la voz sin resultado. Es como esas trompetas del Apocalipsis que se escuchan en las grandes ciudades al principio del Tercer Milenio, al anunciar la nueva guerra: Virus y bacterias con la nueva normalidad defensiva como extraterrestres con cubrebocas, guantes, mascarillas, en la Fuerza de la Fe y el equilibrio emocional y robustecer energéticamente autodefensas inmunológicas.

Aunque… tal vez funcione lo de los ajos y la campana. ¡No está por demás!