sábado, 6 de enero de 2018

En la edición de Los Equidistantes del 6 de enero


* Microcuento

Reencuentro nocturno

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

* Poeta invitado:

Compartiendo diálogos conmigo mismo

Dejémonos amar: ¡Amando!

Víctor CORCOBA HERRERO
Granada, España

* Microcuento

El Chatotal ©

Por Román LÓGLEZ
Para Yuritzy Candelaria López Méndez.
Edad: 12 años
Palenque, Chiapas

* Poesía

Un abrazo de cartero
Uno de Enero

Por Raúl de THESY Y R.R.
Palenque, Chiapas

* Poesía

Díptico de los Reyes Magos

Por Irene Mercedes AGUIRRE
Buenos Aires, Argentina

* Poesía

Habrá tantos 31

Por Roberto LÓPEZ MORENO
Al poeta Raymundo Ramos
Ciudad de México



Microcuento
Reencuentro nocturno
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Compartiendo diálogos conmigo mismo
Dejémonos amar: ¡Amando!
Por Víctor CORCOBA HERRERO
Granada, España
¡Fue maravilloso! Queda en mi memoria esa bella estampa del reencuentro inolvidable: Sentada en un taburete pequeño frente a la pequeña mesa redonda. Al quitarse el saco amarillo emerge la turgencia de los senos, protegidos por una blusa blanca con moño en el cuello y que le obligan a un sensual movimiento de la minifalda amarilla a la mitad del muslo y al subirse indiscretamente, muestra esas divinas piernas blancas. ¡Se potencializa la emoción por la penumbra de la media luz del bullicioso lugar en algún lugar de la capital!
Brilla ese rostro sensualizado al llevar el vaso a esos labios carmesí y se incendian mis ojos con esa mirada profunda de sus ojos café, mientras escucha, seguramente, cosas tan triviales y cotidianas en nuestro entorno laboral. En realidad, ese discurso encubre los pensamientos pasionales de abrazarla, besarla, fundirnos en un solo espacio en el tiempo de nuestros cuerpos. Un momento íntimo que se da, no creo que por mi grandilocuencia de chistes políticos y viajes de trabajo.
Como diría el clásico “haiga sido como haiga sido”, se rememora una habitación con flores, incienso de rosas y música de sax y piano en el fondo de la residencia del tálamo que nos espera en nuestra primera vez. ¡Todo fue maravilloso! Hasta que encendí un cigarrillo…
Ahí me percaté de que ya no fumo y me alejé de las bebidas espirituosas, muchos años atrás, lo que me llevó ¡a un rápido despertar! Volatizado el cuerpo femenino en mi habitación solitaria. Cerré los ojos y paladeé el exquisito sabor de su piel en mi lengua, mis dedos hurgaron la divina geografía de la compañía ausente y tan silente, y presente en la pasión nocturna que fundió en un solo espacio en el tiempo de nuestros cuerpos.
Fui a la computadora y abrí el Face para teclear: Hola, amiga, ¿cómo te encuentras? ¡Hace tantos años que no te veo!

Enero 6 de 2018.
“La familia es la unión armónica de las diferencias entre el hombre y la mujer,
 que es más verdadera cuanto más capaz es de abrirse a la vida y a los demás”.
(Papa Francisco, 31 diciembre 2017)


Pongámonos en paz con nosotros mismos,
luego, asentémonos con espíritu conciliador,
demos posada a los que huyen de la guerra,
aliento a los que se mueren en el desaliento,
y pan a los que no tienen pan para comer hoy.
No hay mayor ternura que vivir donándose,
hasta desvivirse por el otro sin tregua alguna.

Los caminos son duros, pero se templan reunidos.
Vuelvan a nosotros los mil hogares olvidados.
Regrese el amor a nuestras vidas por siempre.
Salgamos de nuestro altar a dar besos en verso.
Sólo así retornará la concordia a nuestro yo.
Quien quiera prosperar, rebusque en la verdad,
pues jamás podrá apagarse ni oscurecerse.

Y nuestro ser innato se hará familia en familia,
vida entre las vidas y luz entre las luces;
sabremos acoger y proteger al que nos llama,
integrarnos y reintegrarnos a la cadena
de ayuda y generosidad que anhelamos,
tras un insaciable deseo de amar a alguien,
y de ser amados en la eternidad del recuerdo.

Cierto, andamos tan sedientos como hambrientos.
¡Abracémonos hasta fundirnos en un corazón!
Licuada el alma, aprendamos a contemplarnos
en la poesía, de la que nunca debimos desertar,
pues quien sabe mirarse sabe verse en cada cual,
como un ser para los demás, donde Dios vive,
en ese poema perpetuo del que somos parte y todo.

corcoba@telefonica.net
31 de diciembre de 2017

El Chatotal ©
Por Román LÓGLEZ
Palenque, Chiapas
Para Yuritzy Candelaria López Méndez.
Edad: 12 años


Un abrazo de cartero
Uno de Enero
Por Raúl de THESY Y R.R.
Palenque, Chiapas


Entre   la costumbre de los indígenas maya ch’ol, es la cosecha del chayote retirado del poblado.  Hacían grandes camas de aproximadamente dos metros de altura y allí las guías del chayote se iban entrelazando hasta formar un techo verde.

Cuando  es tiempo de cosecha el indígena maya ch’ol  lleva su morral o un costalillo que llenan de esta verdura natural del lugar.

Un  tarde,  cuando Juanito llego de la escuela  lo esperaba su mama para acompañarla de ir a cortar algunos chayotes para el consumo familiar; el  y su madre,  tomaron su pequeño morral y se dirigieron al chayotal que su padre había sembrado.

Estando   allí, la madre le dijo a Juanito que la espera sentadito en un pequeño tronco de árbol seco,  mientras ella  se introducía a cortar los chayotes de los más grandes que prefería.  Juanito la seguía con la mirada hasta que desapareció debajo de aquella hermosa cama verde.

Pasando algún tiempo, Juanito se desespero y empezó a gritar,  llamando a su mamá
y… ella no respondió.  El niño tuvo miedo y fue a buscar a su padre.  Cuando llego a su casa, le conto lo sucedido y regresaron al lugar.  Durante el camino, otras personas se les unieron con machetes,  escopetas y lámparas que cuando  llegaron al lugar empezaron la búsqueda durante ya, la entrada la noche y, no hubo rastro alguno de la mamá de Juanito.    Estaban por abandonar la búsqueda.   De repente uno de los acompañantes por instinto alumbro a la esquina del fondo del chayotal, entonces vio un  enorme  bulto y dijo con gran asombro -¡miren eso!- ¡era una serpiente en roscada¡  todos reaccionaron matándola y cuando la abrieron, ¿que creen? ¡¡ En su interior encontraron a la infortunada  mujer‼.  Por eso hoy, siembran el chayote en pequeñas camas o juntos a un árbol, cerca de la casa.

Encuentro literario “revuelos de colibrí”, san Cristóbal de las casas, Chiapas.
Palenque, Chiapas; abril 27 de 2012.


Me asomo a la puerta y no veo ni

Autos ni personas por las calles, a

Esta soledad se suman los perros

Y todo tipo de vendedores

Callejeros, entonces me pregunto:
¿A dónde se ha ido  la alegría?

¿Acaso la fiesta únicamente

Celebra la despedida de un año y

La recepción de un nuevo ciclo  no

Es motivo de festejo?   ¿Se han

Fugado todas las promesas de

Año nuevo?

Así somos de contradictorios,

Nadie trabaja este día; todo

Mundo permanece dentro de sus

Hogares.

Con esta seguridad, ganas me

Dan de ser cartero.

1º. De Enero de 2018.

Díptico de los Reyes Magos
Por Irene Mercedes AGUIRRE
Buenos Aires, Argentina


Habrá tantos 31
Por Roberto LÓPEZ MORENO
Ciudad de México
I
El espacio mágico

Cuando mis  sentimientos imperaban

y el logos despuntaba frágilmente,

jugaban   más mis dedos que mi mente

y las caricias blancas me colmaban,


contaba con  un sitio en que moraban

los duendes de mi infancia,  refulgentes,

pequeños y apreciados descendientes

de un mítico pasado que tornaban



entre verdes follajes  cada día,

bajo la luna clara o noche oscura,

con pícara sonrisa de alegría.



¡Tamaña vecindad  con su ternura

dejó en todo  mi ser una elegía

que siempre entre  mis versos se estructura!

II
Seis de enero

Camino de Belén, prestos marcharon
los Magos,  desde tierras muy lejanas,
al trote de camellos , por sabanas,
desiertos  y torrentes. Avanzaron

con  plena convicción largas semanas,
cabalgaduras  y hombres se agotaron
y a veces, sin quererlo, vacilaron,
temiendo que sus ansias fueran vanas.

Mas luego, descansados, continuaron,
con firme decisión por  las mañanas,
hacia el trayecto diario que trazaron.

La estrella fue su guía. Por  ventanas
de nuestras almas - niñas , se asomaron
los Reyes con sonrisas ¡tan cercanas!
Al poeta Raymundo Ramos
Piedras Negras, Coahuila, México, 2 de noviembre de 1934-31 de diciembre de 2017

…pero tú regresarás, Raymundo Ramos,

y el año que se va se irá por siempre,

para siempre el 2017 envuelto en sangre.

En el voltímetro que te corresponde

mejor estar en no te has ido,

luminaria mayor

que seguirá por siempre entre nosotros,

habitando nuestros versos, nuestros días.

Y luego nos iremos y tú te quedarás

para decir a los que vengan

cómo fuimos dolor, guitarra y barro.

Un simple 31. Vendrán tantos.

Y Tú.

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