Foto: Nabor Yáñez
Tuxtla, Gutiérrez, Chiapas
http://www.imgrum.org/
Poesía
* Sana equidistancia
Por Mario Luis
ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas
* Poeta invitada
A veces ... la lluvia
Marcia SERENA
Chile
* "Pongo mi
sombrero en el candelero Y la balsa se vuelve río de Pitaya"
Fragmento
Por Mario ÁLVAREZ RODRÍGUEZ
Palenque, Chiapas
* Cuento
Oro
Raúl VERA SÁNCHEZ
Palenque, Chiapas
* El Hijo del Trueno ©
Num. 2
Román LÓGLEZ
Palenque, Chiapas.
* ¡Días mágicos, con realismos mágicos!
Por Vilma Edith PÉREZ CERVANTES
Matamoros, Tamaulipas
Sana
equidistancia
Por
Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas
|
Poeta invitada
A veces ... la lluvia
Marcia SERENA
Chile
|
A
Marilus Diéz Salviejo
Regino
Díaz Redondo
Araceli
Solano Ortiz
Nadie se
marcha
Simple y
llanamente
Cambia de
Residencia
Del plano
tridimensional
El mismo en
que les disfrutamos
por
compartir la vibración de la materia,
percibida
por nuestros sentidos,
al
desconocido Astral
en donde se
concentra
la energía
en nuestro corazón y pensamiento.
Y allí nos
reencontramos,
alejados
del mundanal cotidiano,
para
divinizarnos
como los
Eternos Reencontrados
en la
equidistancia de lo que somos
y lo que
ellos son.
|
A veces
...
la
lluvia pone lentes
oscuros
a las calles.
A veces
Platón
me
invita a beber
una fría
cerveza
para
hablar de filosofía.
A veces
, tú ,
me
dueles
intensamente
.
A veces
,
tu
recuerdo
me
aniquila
y la
nostalgia
me
aplasta , me sacude .
A veces
,
todas
las lluvias
de este
mundo
me caen
hacia adentro.
13
enero 2018
Letras
cruzadas entre poetas
|
"Pongo mi sombrero en el candelero Y la balsa se vuelve río
de Pitaya"
Fragmento
Mario ALVAREZ RODRIGUEZ Palenque, Chiapas
|
Oro
Raúl
VERA SÁNCHEZ
Palenque,
Chiapas
|
Por el
Amor a Xul_ha yo soy
Un ave.
¿Quieres
volar conmigo?
Metamonos
en el cielo para salir
Azul.
Agarramos
la lluvia y salgamos
Gota.
Secuestremos
al arcoiris para
Salir colores.
Metamos
al mar en una red y
Salga
pez.
Por el
amor a la gaviota hoy
Quiero
volar.
Hagámonos
plumas y salgamos
Pájaro.
Caigamos
contaro al agua
Sin
romper las olas.
.
|
Se
abrió una espiga y se esparció oro por todo el valle; era tanto su brillo,
que la totalidad de los cerros refulgían, entonces los vecinos se hicieron
gambusinos y de los cuatro puntos vino gente armada de zapapicos y codicia
que frenéticos removieron tierra y piedra, al grado que derribaron los
corrales, los graneros, la escuela y hasta la iglesia; por ultimo removieron
la tierra de los sepulcros y sacaron al sol los huesos de sus ancestros sin
encontrar el preciado metal. Solo un hombre se abstuvo de participar en
aquella orgia y permaneció en su casa todo el demencial tiempo de la fiebre
aurea.
Hasta
que un día decidió salir a caminar y se sentó sobre una piedra del camino,
justo en ese momento se percató que estaba sentado al final del Arcoíris y
ahí pudo darse cuenta que todo el brillo que inundaba cerros, valles y
poblados, provenía de esta pequeña flor.
El
hombre se quedó toda la tarde admirando el prodigio y al volver a su casa y
ver toda la tierra removida decidió hacerse alfarero.
Agosto 28 de 2017.
|
El
hijo del trueno ©
Num.
2
Román
LÓGLEZ
Palenque,
Chiapas
|
¡Días mágicos, con realismos mágicos!
Por Vilma Edith PÉREZ CERVANTES
Matamoros, Tamaulipas
|
Eran escasos doce diferentes familias que se agruparon para ir habitar
cerca del hermoso y caudaloso rio “El Bascan; esto, atraídos por la
abundancia de diferentes especies de animales, aves y peces y
principalmente, de sus cristalinas aguas. Nicte-Ha (flor de agua), y su
hermana Zac – Kuc (Paloma Blanca), eran muy cercanas; casi no se separaban.
Ambas amantaban a sus pequeños hijos de piel morena y cabellos negros y
lacios; Madres jóvenes que compartían el mismo techo, junto a sus padres.
Una tarde de exuberante vegetación, Nicte-Ha, le dice a su Hermana menor,
a que fueran en busca de leña a las orillas del gran rio. Ésta, asintió con
la cabeza que sí. Agarraron sus machetes, mecates y tomaron el camino hacia
el lugar que habían señalado. Durante el trayecto, ambas iban jugando y
recordando cuando eran solteras; cómo se enamoraron de sus esposos y el
nacimiento al mismo tiempo de sus PEQUEÑOS hijos; entre charlas y risas
inocentes, no se dieron cuenta que ya habían llegado a la orilla de las
cristalinas aguas del rio. De inmediato se despojaron de sus ropas y el
agua acaricio sus hermosos cuerpos de olor a selva virgen. Después de
disfrutar los brazos frescos y cristalinos, se dedicaron a recolectar ramas
secas que la corriente trae cuesta abajo, cortándolas en pequeños trozos.
Cuando ambas reunieron lo suficiente y que podían cargar, a Zac-Kuc, le llamó
la atención unos bellísimos destellos multicolores que salían de una
caverna; de inmediato le toco la espalda con el dedo índice a su hermana que
estaba levantando su carga y señalo lo que había descubierto. A las dos
mujeres les ganó la curiosidad y caminaron por toda la orilla del rio.
Cuando llegaron a la entrada de la caverna se quedaron maravilladas; de su
interior salían unos hermosos resplandores, derivados de la refracción de los
rayos del sol, sobre las estalactitas y estalagmitas que existen en el
interior de las cavernas.
Recorrieron
con sus ojitos inquietos el interior; ambas quedaron bocabierta cuando
descubrieron sobre una pilastra de alabastro en el centro, hecha por la misma
naturaleza, a un hermoso niño de cabellos dorados, que jugueteaba con los
colores de un arco iris productos de los mismos efectos de los rayos del sol,
sobre el cuarzo que existen en estos espacios dentro de los misterios de la
selva. No lo pensaron dos veces y se internaron hasta el lugar donde
estaba el niño y lo tomaron sin recato alguno entre sus brazos;
arrullándolo y dándole de mamar porque empezó a llorar y la ternura de
madre, las impulsó. Las dos le dieron de beber de sus pechos redondos al pequeño
bebé que increíblemente se calmó. Transcurrieron algunos minutos en completo
silencio. De pronto reaccionaron extrañadas y, volvieron a dejar al bebé
con cierto temor en el mismo lugar y salieron corriendo; pues el miedo
les empezó invadir. Mientras en el interior… el bebé empezó a llorar
fuertemente. Ellas, cuándo estaban a punto de levantar sus cargas de leñas y
correr a su Casa para comentar con sus padres y esposos lo que habían visto
y encontrado, escucharon a sus espaldas un gran estruendo, sintiendo en las
espaldas un fuerte golpe de aire caliente que casi las tumba de boca y en
seguidas relámpagos y truenos. Voltearon hacia el lugar del estruendo y
vieron con gran sorpresa que alrededor de la boca de la cueva, las plantas estaban
todas marchitas y de inmediato empezó a oscurecer. Las pobres hermanas
dejaron la leña tirada y corrieron asustadas a sus casas. Esa tarde-noche,
el cielo no dejo de llorar hasta bien entrada la mañana del día siguiente.
Desde entonces Las hermanas, sus esposos y padres comentan, que el niño rubio
que estaba en la caverna, era ¡¡el mismito hijo del trueno!!
2 de septiembre de 2010.
Fue editado por la Pushcagua en su
edición número 2
De cuentos Palencanos “Raíces de
palabras”03 09 2011,
Pushcagua editores.
|
Mamá.
Jamás
anhele ser dueña de tu casa, casa que te despojo con artimañas la última de
tus hijas. Jamás soñé poseer tus pertenencias, las que robo esa hija que
contribuyó a tu inestabilidad emocional; tampoco quiero tu amor, me quedo con
el que mediste cuando tu mente tuvo congruencia.
Tampoco
quiero verte alterada, al percibir el amor fracturado de quienes pariste.
Tampoco quiero ver la indiferencia de tu semblante, el terror, la vergüenza y
angustia, al sentir tu cuerpo sucio por la incontinencia. Tampoco quiero ver
la risa nerviosa por tu derrota ante lo adverso, cuando sin fuerzas tus
piernas se doblan y caes, quedando como tatuajes en tu cuerpo y rostro los
golpes.
Tampoco
quiero ver tu humillación al sentir el estorbo que hoy eres; no quiero que
observes los rostros despectivos, el desdén de los hijos que te rodean, tan
parecidos a la cola del diablo, de esos que te dejan sin dignidad porque hoy,
a causa de tu demencia senil, careces de respeto y fortaleza. Hoy estas
donde tu mente no está, rodeada de soberbia y despotismo, estas donde estas
para guardar las apariencias, ante la sociedad de los hipócritas a los que
diste vida.
En
tí veo el descontrol en las nubes de tu poca lucidez, impotencia, ultraje y
enojo; pero también veo la ternura en tu rostro ido, que se derrumba ante mis
besos porque aún quedan vestigios de ti, de tu risa. A ti regreso la vida
entre tus senos, una fría muñeca te colma de la ternura que los de carne y
hueso te niegan.
Mamá,
te despojaron de tu casa, de tu orgullo y felicidad. Hoy que no tienes nada,
nada vales. Sin pedirlo, con tu mirada al vacío, mendigas migajas de calor
humano a quienes todo lo tienen, menos tiempo y un espacio en sus hogares
para ti, que les entregaste tu vida por días y por noches sin final.
Mama,
en ti queda el dicho “Cuantos tienes, cuantos vales”. Hoy no vales, mama,
ya no eres aquella dama causante de admiración, hoy solo te acompañan, de
casa en casa, un velis con ropa, pañales y medicamentos. En el ocaso de tu
vida, hoy dicen – ¡A mí no me la vengas a tirar!-, como si fueras basura.
Tuvieron más valor tus secadora eléctrica, tu sillón de piel, tus cubiertos
chapeados de oro, tu bajilla de Bavaria y las figuras Capodimonte, esas si
merecieron un bello espacio en los hogares donde cierran sus puertas al
verte.
Te
pido perdón por llevarte al baño, por descubrir tu desnudez a pesar de tu
pudor y renuncia, por darte con engaños tus medicamentos y llevarte de la
mano como niña a caminar con tal de que vivas con calidad la vida. Perdón
por escupirles desde a la “A” a la “Z”, a quienes te dan con la puerta en la
nariz, sin importarles tu fragilidad.
Perdón
por solo prestarte mis manos para que te apoyes en ellas. Y doy gracias por
tu demencia senil y tu alzhéimer, don que posees, para no darte cuenta y
olvides en un instante el escarnio.
Enero 9 de 2018.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario