* Microcuento
Esquelético desempolvado
Por Mario Luis Altuzar Suárez
* Poesía
Canto silente abismal
Por Román Loglez
* Poesía
La piedra que me arroja
Por Haidé Daibaán
* Microcuento
Legendarios Vaqueros
Por Raúl de Thesy y R.R.
* Reflexión
Por Octavio Raziel
* Poesía
URBI ET ORBI
Promesa de Año Nuevo
Por Irene Mercedes Aguirre
(Invitada)
Esquelético desempolvado
Por
Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
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Canto silente abismal
Por Román LOGLEZ
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Lo desempolvaron. Como
cada seis años. Ahora, esquelético. Sin memoria. Lo sacaron del baúl.
Acomodado en la cabecera, preside a los ambiciosos. Esos fementidos que se
sienten poderosos gesticuladores. Piensan ser dueños del tiempo para
detenerlo a su interés y conveniencia personal y de grupo. LO presentan en la
comilona ranchera: “¡Y con nosotros, el nieto del Gran Prócer!” Aplausos que
acompañan las cínicas sonrisas de la oligarquía bastarda. Satisfechos por la
sofista legitimación del ungido sexenal. Como en aquellos tiempos en que el
Desempolvado era tan Poderoso a nivel nacional, por obra y gracias de
compartir amante en un lujoso departamento de l calle de Amores en la Ciudad
de México, con uno de dos herederos de Agua Leguas, Nuevo León. El primogénito
socialista casado con una hija de chiapaneca y preparado para la presidencia,
aunque su hermano menor, cargador del portafolio potosino, era adoctrinado
con los ideales tricolores. ¡Y del que fue uno de los importantes
Secretarios! Un Esquelético rememorador de su trayectoria política. ¡Ah!
Cuantas traiciones impunes. Válidas para ser el número uno… aunque fue del
Estado con tantos indígenas y campesinos muertos o desaparecidos en tan solo
un año, y después del Partidazo. Y ahora, sus fieles discípulos y paisanos,
se sienten los perfeccionados en la traición impune. Apuestan a la amnesia
histórica de los electores. Piensan que ya olvidaron la traición al Partidazo
al sumarse a un mexiquense adoptado por los herederos del traidor a la
independencia estatal. O aquella que les llevó con el junior traidor a su
propio género, a despojar indígenas y campesinos. ¡Hasta se quisieron robar
un río con todo y cascada! Y se juramentan en respetarse entre iguales en la
manipulación del poder político. A la sombra, claro, del desempolvado que se
ostenta sin serlo, el nieto del único Prócer del llamado Lugar de Alfareros.
Sin percatarse que ellos siguen siendo los mismos miembros de la Oligarquía
Bastarda. Los demás… ya no son los mismo de ayer.
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Duele
la montaña que muere
Duele
El árbol que extraña al nido
Duele
El cenzontle sin el árbol
Y
duele la ausencia de su canto
No
se oirán tus palabras
Tus
órdenes ni el teñir del machete
Sobre
el duro trozo de madera
Para
cumplir con tus designios
La
belleza del pájaro quetzal
Se
ausentará de tu ventana
Quien
todas la mañanas
Solía
saludarte acariciando tu rostro
Tus
pasos no se oirán ya en el trajín
De
la cocina para alimentar a tus hijos
Ni
el olor a café de olla con las charlas
Alegres
de tu voz matutina
Te
vas tranquila tomada de la mano
De
la madre que añoraste siempre
Desde
de tu niñez a tu partida
Estarás
en cada poro de mi piel
Vivirás
para siempre en cada uno de nosotros
En
mis alegrías en mis tristezas
En
mis desventuras en mis sueños
Y
al final nos tomaremos de la mano
Y
no separarnos jamás, jamás mamá
Agosto
12 del 2016
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La piedra que me arroja
Por Haidé DAIBAN
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Legendarios Vaqueros
Por
Raúl de Thesy y R.R.
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Primero
fue la piedra,
inanimada muestra de fuerza,
destrucción en potencia ,
arista hiriente.
La pulida piedra en mi mesa,
sobre mis libros, aplastando
a la palabra ,
o bajo mi pie, contención
y límite, neto.
Conocí la piedra castigo,
piedra altar
y corazón de piedra.
¿Cuándo, al tomarla en mis manos,
me arrojará al fin,
para enseñarme a volar?
Del
libro: Los indicios
Argentina
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Cuando
veo pasar por las calles del pueblo o me cruzo en la carretera con las
redilas ganaderas transportando semovientes; no puedo menos que evocar los
tiempos de las calles sin pavimento hidráulico, únicamente trazadas y
cubiertas de zacate donde la circulación era siempre en doble sentido y por
locomoción pedestre o a caballo, aunque ya circulaban algunos vehículos
motores. Eran los tiempos de las “carreras de San Juan”, cuando el movimiento
del ganado lo realizaban hombres de a caballo. Entre estos jinetes podemos
nombrar a algunos que hasta finales del siglo pasado se negaban a sucumbir
ante la fuerza motriz.
Destacan
en el recuerdo: Joaquín Gutiérrez “El Viejo”, hombre curtido por mil soles de
mayo, sombrero “Alacrán” agachado, sobre un caballo alazán tostado y silla
de la misma edad que su jinete; José Luis Rodríguez “Güicho”, de complexión
delgada, sombrero doblado hasta hacer pico en la punta, montando caballo
cuatralbo y caracolero; Barragán, individuo de gran estatura, sombrero de
ala ancha, caballo zaino casi percherón, acorde al jinete.
Todos
estos hombres de encorvadas piernas, contribuyeron grandemente al desarrollo
ganadero pues para ellos la lluvia, el lodo o los ríos caudalosos no
fueron nunca óbice para que ejercieran su trabajo de transportar ganado y;
paradójicamente en sus tiempos jamás se desarrolló el abigeato, ya que fueron
centauros de probada honradez que no prestaban sus servicios a delincuentes.
Vaya
pues un ¡Salud! Por y con los legendarios vaqueros dela ayer.
Diciembre
de 2017.
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La vida como es…
De
Octavio Raziel
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URBI ET ORBI
Promesa de Año Nuevo
Por Irene Mercedes Aguirre
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Día
con día vamos perdiendo el derecho a tener derechos.
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Todo
cambia en el mundo, se desliza la Tierra
sobre
el eje constante que la afirma y sostiene,
gira
y mutan sus suelos, el agua que contiene,
la
vida que se esparce, lo feliz, lo que aterra.
Por
el vasto horizonte, la Humanidad retiene
el
lejano recuerdo del caos que se cierra,
solapado,
impreciso, como un grito de guerra
que
busca un flanco débil y entonces sobreviene.
Destrucción
en ascenso, se traslada, va y viene,
aprieta
y desconcierta, se expande y nos aferra,
¡y
con nuestra ignorancia más ventajas obtiene!
Mas
llega el Año Nuevo y con fuerza destierra
al
oscuro presagio que entre sombras adviene
¡Con
su luz de esperanza lo acorrala y encierra!
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