El león falleció, ¡triste desgracia! y
fueron,
por vivir en democracia,
a nombrar nuevo rey los animales.
Aunque a algunos les parezca tonto,
las ovejas votaron por el lobo;
como son unos buenos corazones,
por el gato votaron los ratones,
y a pesar de su fama de ladinas
por la zorra votaron las gallinas
La paloma, inocente, votó por la
serpiente;
las moscas, nada hurañas,
decidieron que reinaran las arañas.
No tuvo el topo duda, como tampoco
queja,
mientras votaba por la comadreja;
los peces, que sucumben por la boca,
entusiastas votaron por la foca.
Por no poder encaminarse al trote
un pobre asno quejumbroso y triste
se arrastró a dejar su voto por el
buitre;
el caballo y el perro, no os asombre,
como siempre, votaron por el hombre.
Amigo lector ¿qué inconsecuencias
notas?
Dime ¿no haces tú lo mismo cuando
votas?
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Fue así, como Dios
En su infinita generosidad
Vio que era bueno Manifestarse
Aquí, en la Tierra
En un Ser maravilloso
Que llamó
¡Mamá!
Fiel Custodia del Amor Absoluto
Protectora de su imagen y semejanza
Doctora de la materia y el alma
Tareas eternas
Aquí, en la Tierra como en el Cielo
Y es así
Como Dios se Manifiesta
En su infinita generosidad
En ese Ser maravilloso
Que conocemos como
¡Mamá!
Para cohabitar sin ser visto
Al lado de su obra más preciada
Por hoy y siempre
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Ser de luz universal
madre eterna poesía
maravillosa tu sonrisa
y tus manos de cálidas caricias .
Cuna en vientre y corazón.
Abrigando mi ser con amor.
Noches en vela junto a mi cama ,
cantando una canción.
Madre mía, amiga mía
gracias por exitir en mi vida.
Por ser quien me regalo la esencia pura
de mi naturaleza.
Madre quiero estar en tu regazo aunque
haya ya crecido.
Madre eterna , madre mía por ti viviré
cada uno de mis días amando tu maravillosa compañía.
Y cuando te vayas de mi camino por ley
de existencia.
Allí desde el cielo donde habites
seguirás siendo mi guía.
Y yo feliz de ti , agradecida rezaré
por los minutos que juntas compartimos y guardaré tu tierna mirada
dentro de mí por siempre.
Poesía
A Rubén Darío
Yolanda
Ceja García.
Ciudad de México
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Reciben en 1910 al poeta nicaragüense Rubén Darío, en
Teocelo, Veracruz. Foto: La Prensa de Nicaragua. |
Quizás al escribir tu bella
Margarita
rociaste tu aroma calado de
pasiones,
forjaste mi verdad realmente
exquisita,
tus sueños traspasaron mis
aspiraciones.
Mudé a la pequeña en hermosa
señorita,
bajando a las estrellas sin
agitaciones,
luciendo una corona con la
flor descrita,
monté mi elefante y afirmé
mis emociones.
Contenta atravesé por mares y
por cielos,
con pluma y perla galanteo en
mis desvelos,
delicias que concede Dios
sobre su viña.
Tus versos prendaron al alma
de mi niña,
tu gentil tesoro lo vela la
campiña,
tu linda princesita otorga
sus anhelos.
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Candelaria González GarcíaSan Pedro, Macuspana, Tab., 2 de febrero de 1946- Palenque, Chis, 14 de agosto del 2016. |
Mamá,
Tus nietos me interrogan
Y laceran mi espíritu;
No se conceder respuesta alguna.
Pero son voces inocente e infantiles
Desesperados por conocer mas de ti;
Me Despiertan los recuerdos que, con
Gotas de imperceptibles rocío sobre
Mis mejillas, busco respuestas
Arrastrando las palabras sobre el
nudo Que aprisiona mi garganta.
Me dicen, que cuando bajes de allá,
De tata Dios, les avise, que quieren
Abrarzarte y decirte -Mamá ¿porque
Tardaste tanto?- Te juro Mamá que
No tengo respuesta alguna.
Cuando están triste o llorando te
Piden diciendo -¿cuando bajas
Candita?- , y solo el silencio les
responde.
Al final, les digo que estas bien y
Que pronto vendrás; y se quedan
Contentos con sus rutinarios juegos.
Me quedo en silencio y respiro hondo
Evocando el pasado, escuchando tu
Voz, tus regaños y tu sonrisa Mamá
Que al fin y al cabo es lo único queda
De ti. Y volveremos a verte, hasta que
en el éter
Seamos polvo cósmicos en este
Maravilloso universo y construyamos
Nuevos mundos en medio de este
Equilibrio mortal, Mamá...
Febrero 26/2018.
Micro
cuento
Olga
Por Vilma Edith PÉREZ CERVANTES
Matamoros, Tams.
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Felícitas Cervantes García
El Palmito, Durango, Febrero 21 de 1935
(Jamás le gustó su nombre y de niña se autollamó “Olga“) |
Olga, fue el nombre que escogió cuando aun jugaba a las
muñecas. Y cuando aun jugaba a las muñecas, el matrimonio llegó a su vida.
Y su vida dio vidas, vida y salud a mentes sanas y otras psicópatas.
Psicópatas que la despreciaron por convertirse en niña, niña que dio vida a
una muñeca, muñeca que arrulla entre sus brazos y llena el vacío de su
tardía niñez, niñez donde murmura soy quien te ama, te ama tu mamá Olga, y
mamá Olga, es mi madre, madre que no me arrulla, como arrulla a su muñeca.
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Para que lo leas en algún momento, no importa cuándo ni dónde, puedes
olvidarlo o guardarlo en tu corazón.
Quiero decirte que soledad, no siempre significa estar a solas, que tanto
sume a veces en el silencio, que hasta el latido del corazón espanta, siendo
además tan "solitaria", que estando rodeados de algarabía, nos
sentimos solos.
Para que, en medio de la noche, alguna vez recuerdes, que cerca o lejos,
nunca se sabe quién nos recuerda, o nos olvida.
Escribo sobre todo para mí, porque escribiendo, me libero de los garfios
que me apresan, también escribo para ti y para todos los que, dentro de su
vestimenta humana, admitan estos sentires.
Mis letras son para los justos e impíos, a unos, agrego una raya a sus
blasones, a los otros, cuya falsedad les arruga el alma, les comparto estas
reflexiones para humedecer con unas gotas de compasión, las grietas de su
alma.
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Lloviznan colores los ojos del día
danza el sol tras los templos
atavío naranja de nubes obispo.
Lo despide el alba al atardecer.
Cuánto arrullo cantan
las flores al cerrarse
adagios, el continuo paso de las hormigas
nocturnos al enfriarse las hojas.
El hombre, arcoíris de piedras y plumas
recibe la noche.
Chirimías, caracoles, atabales
huéhuetl, palos de lluvia
el tambor gigante
corazón de la tierra donde quedo,
danzan en su boca y vuelan por su mano.
Oculta la frente antifaz ceñido,
calavera de un caballo sin quijada,
meto la mano en el disfraz del río
del belfo sale la iguana,
armadillo, jaguar
el élitro del grillo, pájaros.
Zeus vibra ahí.
Arrellenadas en sí, estrellas.
Fugaces, los reflejos persisten
como si se supieran contempladas,
Orión, germina y germina el firmamento.
Saturno, plateado Charro, floreando el lazo
arrebata las palabras,
En la fiesta con la Luna sonrisa.
Con todo eso que vi
mis ojos embrujan
las hadas y faunos de la noche.
Si el mismo Dios me hubiese visto
a los ojos
quedaría encantado,
no embrujado, sino encantado
no es lo mismo, sin embargo…
Das y formas la vida.
Hiciste esta fiesta.
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