Microcuento
La Bestia apocalíptica
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
La Corona
Por Román LÓGLEZ
Palenque, Chiapas
Esquinas
Por Raúl De THESY Y RR.
Palenque, Chiapas
Poesía
Lujuria
Por Vilma Edith PÉREZ CERVANTES
Matamoros, Tamaulipas
Fortuna Maya
Por Leandro BLANCO PIGHI
Códoba, Argentina
Microcuento
La Bestia apocalíptica
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
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La Corona
Por Román LÓGLEZ
Palenque, Chiapas
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Se siente el frio del miedo. Allí, en el ambiente se incuba el presagio.
Presentimiento de que habita entre nosotros desde 1970. Y emerge con fuerza
aterradora en 2006 sin que nadie se diese cuenta. Ha fortalecido su capacidad
de engaño. Como estaba anunciado. Impone su línea de involución para conducir
al odio fratricida.
Se cumple la sentencia apocalíptica: “Y engaña a los moradores de la
tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia,
mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que
tiene la herida de espada, y vivió”.
Y la Revelación es directa: “Después vi otra bestia que subía de la
tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como
dragón”.
Se nos había advertido: “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento,
cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es
seiscientos sesenta y seis”.
El que tenga ojos vea, el que tenga oídos, oiga. El 666 es visible. Y
aquí está: Al sumare la fecha de su nacimiento, Andrés Manuel López Obrador,
el 11 de noviembre de 1953 totaliza el número 24 que al reducir a un dígito
es el 6.
Hay más: Las letras de su nombre suman 24 igual a 6 por reducción,
sumándose las letras de los partidos postulantes: 30 de Movimiento
Regeneración Nacional con 30 igual a 3, Partido Encuentro Social con 22 igual
a 4 y Partido del Trabajo, 17 igual a 8, tenemos 15 igual a 6.
Es aterrador. ¡Fecha de nacimiento, nombre y partidos que le abanderan representan
el 666!
Con el miedo que se siente frio, muy frio, en el ambiente, al leer la
sentencia bíblica: “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres,
libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la
frente”.
Y ahí está, en la línea de involución impuesta: Ofrecen canalizar el
rencor social en la impunidad del anonimato. Reclutan a inconformes con sus
propias limitaciones y ciegos de su potencial divino. Sin distingo de nivel
académico: De ignorantes a doctorados.
Ocupan el nivel de simpatizantes con libertad de conciencia, para
descender a la operatividad del supuesto chairo o pejeboots que es un
secuestrador del derecho a disentir y pensar libremente de los que se
resisten a ser robotizados.
Alcanzan el máximo esplendor de la cadena involutiva como pejezombie, al
agredir a cualquiera que ose mancillar con una coma de crítica al que, hoy lo
sabemos bien, es la bestia apocalíptica.
Tenemos responsabilidad. En tantos años sin hacer nada. No hicimos caso.
Emergió en 1970. Fue visualizado desde el año 64 al 95 por San Juan el
destino que sueñan imponer: “y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el
que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”.
Llegado es el momento, entonces, de asumir lo que somos: Hijos del
Hombre y enfrentar a la oscuridad y de iluminar al mundo con el cántico de
los 144 mil de túnica blanca, porque “en sus bocas no fue hallada mentira,
pues son sin mancha delante del trono de Dios”.
De mi parte, ante este presagio infausto, “oí una voz que desde el cielo
me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren
en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus
obras con ellos siguen”.
Marzo 7 de 2018
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-.¡¡Tannn-tannn-tannn..!!, Daban las seis de la tarde, en aquella
hermosa primavera las campanas de la Iglesia "Santo Domingo de Guzmán.
Un cielo caleidoscópico se vislumbró en ese atardecer de la hermosa
villa palencana y a ella se sumaron los malabares de "Las oscuras
golondrinas ", meciéndose entre los filtros solares que daban un toque
de arcoíris.
- ¡Jesús, lávate las cubetas de las mezclas y las cucharas, por favor,
que ya nos vamos!-, se escuchó la voz del viejo maestro albañil, dar la
orden.
Guardaban todo en la bodega de la iglesia, para continuar en punto de
las seis de la mañana del día siguiente; pues acostumbraban ver salir del
campanario a las pequeñas avecillas color oscuras que daban un hermoso
espectáculo espacial, antes de ir, a no sé dónde, pero iban y regresaban al
atardecer.
Esta es la señal para terminar la jornada.
Aquellos rudos hombres que después de apreciar las gracias de las
golondrinas, se disponen a continuar con el nuevo domo de la Iglesia.
De pronto a los oídos finos de aquel hombre tosco por los años pero de
carácter muy amable, llegó aquel ruido metálico del interior del templo.
Rápido entró y vio que unos de sus chalanes, levantó la corona del Santo
patrono del lugar y se la colocó de nuevo.
-¡Que hiciste amigo!-, interrogo intrigado. -Nada Maestro, sólo que me
ganó la curiosidad de saber de qué metal es la corona de Santo Domingo de
Guzmán, pero se me cayó accidentalmente, Maestro; disculpe asté-. -Bueno,
déjalo en paz y ya vámonos-.
Los dos salían de la Iglesia, cuando de nuevo se oyó el ruido metálico
de la corona rodar por el piso; regresaron y se la colocaron a la imagen
sagrada.
Ya estaban por salir y, nuevamente la corona rodó por el piso y los
pobres hombres se asustaron, porque de inmediato, el cielo se oscureció y
empezó una gran lluvia con truenos y relámpagos.
Uno de los albañiles corrió a buscar al párroco y de inmediato le dijo
que Santo Domingo de Guzmán, rechazaba la corona y éste corrió al interior
del templo, donde estaban los demás albañiles y peones comentando:
- ¡¡Hijos…!! (Calmo sus nervios),… todo lo que ven aquí, es sagrado y no
deben tocarse; mucho menos A Santo Domingo de Guzmán; ¡¡Rápido, ofreceré
una misa!-.
Y los pobres alarifes, temblando de pies a cabezas, se hincaron a
rezar con el cura, que durante transcurría el rosario, las aguas, los rayos y
truenos, se apaciguaron y la corona fue colocada por el padre de la iglesia.
Aquel pobre obrero, lloró pidiendo perdón a la Imagen sagrada y nunca
más curioso alguno, volvió a tocar la corona de Santo Domingo de Guzmán,
patrono de la villa de Palenque.
Febrero / 24 de 2018.
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Esquinas
Por Raúl De THESY Y RR.
Palenque, Chiapas
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Poesía
Lujuria
Por Vilma Edith PÉREZ CERVANTES
Matamoros, Tamaulipas
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En esta esquina hay un poste de luz que a cierta altura tiene pegado con
cinta transparente una cartulina con un letrero que ostenta la oferta de un
terreno en facilidades de pagos. A un lado del poste se para un individuo
que arrima su bicicleta al poste e indolente él, también se pega al madero
con la rodilla flexionada y el zapato izquierdo apoyado al tronco; otro
hombre desde la esquina de enfrente le grita ¿Hay perico? Y el recostado
responde: A güevo? Y de bolsa saca un extraño perico molido en polvo blanco
encerrado en una bolsa plástica que el otro atrapa con avidez, al tiempo que
entrega un billete y luego ambos se retiran tomando rumbos diferentes; el de
la bicicleta hacia el Oriente y el de la cacatúa se encamina al Septentrion.
Ahora la calle trae a un chico que corre para ganarle la acera de enfrente a
un auto y al llegar al poste dando un salto arranca el letrero tirando al
suelo los coloridos retazo; truncado así los anhelos del vendedor de
tierra. Antes que la esquina quede solitaria aparece en la escena callejera
Miguel Salvatierra, vestido de negro, zapatos y sombreros iguales; me saluda
desde la lejanía de una banqueta a otra y sube hacia el parque a escuchar la
marimba. Empieza anochecer y a estas alturas el poste muestra ya la oscuridad
de su real fisonomía. ¡¡Ha dejado de ser un poste de luz!!
Febrero de 2018.
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Amo la trenza francesa
Que entretejen
Nuestras piernas
Y la placidez
De tu rostro hechicero
Bajo el mar
De susurros
Esparcidos
Por
La brisa de Afrodita
Y
La lascivia de Poseidón.
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